Oaxaca en Guerra

Hoy las tensiones están mas fuertes en Oaxaca. Hay un lado preparándose para recuperar una ciudad que ha estado en sitio por seis meses; del otro lado, hay dos grupos terroristas, la APPO y la recién creada Organización Revolucionaria Armada del Pueblo de Oaxaca (ORAPO), uno de los cuales ya tomó como su rehén a Oaxaca, mientras que el otro ha empezado su campaña de terror y ha declarado la guerra abiertamente y sin vergüenza contra el gobierno.

En Oaxaca la población civil se esconde, asustado y temiendo por sus vidas. Saben que las negociaciones han fallado; sienten el odio y la anarquía que ha reinado esta ciudad por tanto tiempo, tanto que ha causado el quiebre de negocios, la perdida de meses en el calendario escolar, y ha traído la violencia, el miedo, y la desesperación.

Los tambores de guerra están sonando muy fuerte en Oaxaca. Pero lo interesante es que no fue el gobierno que lanzó el primer tiro. Fue la APPO, al tomar la ciudad y ponerla en estado de sitio. Fueron ellos que iniciaron la violencia y fueron ellos quienes pusieron la semilla del odio en Oaxaca. Y son ellos los que deben irse.

Pero el gobierno en que fue confiada la seguridad de todos los Mexicanos simplemente no quiere ejercer la ley. ¿Por qué le hacen esto al pueblo de Oaxaca? ¿Porqué de veras creen que pueden resolver la situación pacíficamente? O lo más probable, ¿tiene miedo Fox de usar la fuerza pública solo para mantener un legado, el cual será de un cobarde si decide no imponer el estado de derecho en Oaxaca?

Oaxaca hoy está ocupado por fuerzas terroristas que no dan la menor importancia al sufrimiento de la gente ni al valor de las instituciones, y que solo quieren ganar lo que quieren por medio de la intimidación, el odio, y la violencia. Los atentados terroristas contra tres sucursales bancarias en Oaxaca es prueba clara de que estos maniáticos no quieren ni negociar, ni dialogar, ni razonar; solo quieren lograr sus objetivos, sin importar a cuanta gente lastimen o maten.

Es hora de terminar el horror que azota a los ciudadanos de Oaxaca. La pregunta es, sin embargo, ¿quién liberará a Oaxaca?